martes, abril 03, 2007

DENGUE

El dengue reapareció en el hemisferio occiden­tal en 1963 luego de más de dos décadas de ausen­cia, debida al Programa de la Organización Panamericana de la Salud de erradicación del mosquito Aëdes aegypti, en el cual participaron todos los países, excepto EE.UU.
Este esfuerzo de todo un hemisferio se realizó para erradicar la fiebre amarilla, cuyo transmisor principal en áreas urbanas es el Aëdes aegypti. Este mosquito es también el vector del virus del dengue.

EPIDEMIOLOGÍA

El dengue es una enfermedad del siglo XX que ilustra la importancia de los cambios sociodemográficos que producen las migraciones de pobla­ción desde áreas rurales con población dispersa hacia concentraciones urbanas.

El Aëdes aegypti tiene hábitos peridomésticos y se adapta a desarrollar en pequeñas colecciones de agua (recipientes, tanques, floreros, etc.) asociados con los hábitos domésticos del ser humano.

La búsqueda y erradicación del vector, es la clave para la erradicación del dengue, así como también de la fiebre amarilla. Desafortunada­mente, se ha registrado resistencia de los Aëdes a algunos insecticidas lo que implica que será necesaria la adopción de otras medidas de sanea­miento ambiental para lograr su efectivo control.

El dengue reapareció en Jamaica en 1963 y meses después se diseminó a la Gran Antilla y Puerto Rico y, en 1984 al este de Venezuela, desde donde se extendió hacia el oeste de la costa del continente sudamericano hasta Colombia y Panamá. Esta cepa epidémica se denominó tipo III, que forma parte de los 4 serotipos existentes de dengue. Puerto Rico fue afectado por los 4 serotipos.

Las dificultades en la eliminación del vector Aëdes aegypti han permitido su explosiva exten­sión y el riesgo de enfermedad a numerosos países de Sudamérica, incluyendo Brasil, Paraguay y .Argentina. En este último el riesgo se presenta en las zonas de frontera con Brasil y Paraguay.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Desde hace tiempo se ha identificado al dengue como una enfermedad febril con artralgias y exantema. El dengue clásico se presenta como una fiebre bimodal e intensos dolores articulares en sus comienzos, seguido de una fase afebril (fiebre rompe-huesos). Luego, aparece una se­gunda onda febril y un período de convalecencia seguido de recuperación completa.

El diagnóstico etiológico puede realizarse por aislamiento a partir de sangre obtenida en período agudo, por inoculación a ratones lactantes o cul­tivos celulares. También puede aislarse el virus a partir de Aëdes. La detección de conversión serológica mediante búsqueda de anticuerpos inhibidores de la hemaglutinación es otro impor­tante método diagnóstico y deben emplearse antígenos de los 4 serotipos de dengue.

El tratamiento es sintomático con analgésicos y antipiréticos.

Complicaciones: A pesar de que el dengue puede ser severo, habitualmente existe re­cuperación completa. Sin embargo, cuando los diferentes serotipos infectan sucesivamente en un período de pocos años puede ocurrir un cuadro muy severo denominado choque por dengue y fiebre hemorrágica por dengue. La causa es un fenómeno de hipersensibilidad debida a anti­cuerpos heterotípicos contra los serotipos que in­fectaron anteriormente.
La fiebre hemorrágica por dengue comienza con fiebre que puede alcanzar 41° C y estar acom­pañada de leucopenia, plaquetopenia y hemoconcentración. Luego, siguen hipoproteinemia, hemorragias diversas y hepatoesplenomegalia. En este estadio puede producirse un choque. Es nece­sario un estricto seguimiento del paciente (parámetros vitales, hematócrito, etc.) para evitar la profundización del choque y mantener la inte­gridad electrolítica y la presión arterial (expansores del plasma, y aun transfusiones).
La mortalidad de estas formas graves oscila entre el 5 y el 10 %.

PREVENSIÓN

El más importante elemento del ciclo es el vector Aëdes aegypti, en el cual debe focalizarse todos los esfuerzos para la prevención, si bien existen otros Aëdes como Aëdes albopictus y Aëdes niveous que se identificaron como inte­grantes de algunos ciclos selváticos.

Dado que el Aëdes aegypti se alimenta de día, deberán evitarse las picaduras mediante repelentes, ropa adecuada, mosquiteros, etc. Otro factor impor­tante es la eliminación dentro y en las cercanías de las casas de las pequeñas colecciones de agua para evitar la proliferación de las larvas de Aëdes.

Se está trabajando activamente en la búsqueda de una vacuna.

Datos: a marzo de 1996.